Hace unos días os avisábamos del Beefeater London Market y os lo presentábamos como una opción para todos aquellos que os quedabais en Madrid durante el puente. No pudimos resistir la tentación y nos acercamos para contároslo a todos aquellos que no habéis podido asistir.
Cuando llegamos tuvimos que esperar para entrar porque había cola, pero iba rápido y Charles Chaplin y Mr Bean nos amenizaron la espera.
El primer chasco nos lo llevamos en taquilla: la entrada era 5 €, sin opción a coger tu entrada con copa, como habíamos visto en varios sitios anunciado. Se lo comentamos a quien nos vendió la entrada, pero nos dijo que eso había sido un error de un períodico de tirada nacional: las copas se pagaban a parte en la barra al precio de 5 €. Es curioso, porque antes de escribir este post he vuelto a investigar y en distintos blogs sigue habiendo diversidad de criterios en este punto.
Pagamos nuestra entrada y nos encontramos con el gran abeto de Navidad adornado, que parecía mucho más grande al estar al pie de una mini pista de patinaje (la segunda desilusión del evento).
El entorno donde habían montado el Beefeater London Market era increíble, acogedor y con una temperatura agradable en comparación con el frío madrileño que hacía en la calle. Pero hemos de reconocer que al ponernos el ejemplo de la pista de patinaje sobre hielo de Love Actualy, nos habíamos creado otra imagen.
En el precio de la entrada incluía el alquiler de los patines, lo que era un punto muy positivo.
Antes de enfundarnos las botas decidimos echar un vistazo al mercadillo. Bien ambientado, con música ambiental, espectáculos en una de las tiendas y decoración con los estandartes ingleses:
Respecto a las tiendas participantes, si querías comprar algo solo podías pagar en efectivo, y encontramos artículos realmente sorprendentes:
Una vez vimos todos los stands fuimos a por nuestros patines para patinar y ahí tuvimos la última decepción del Mercado: ¡¡la pista no era de hielo!! Las animadoras muy agradables y motivaban a que participáramos, pero escuchamos más de algún comentario al respecto, ya que la gente se abrigó para no pasar frio sobre el hielo y más de uno acabó "asado" con tanta ropa.
No había límite de tiempo para estar en la pista, pero no tentamos al destino y dimos un par de vueltas ya que no queríamos acabar en el suelo.
Y para quitarnos el mal sabor de boca, nada mejor que un buen Gin Tonic en este ambiente totalmente londinense.
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