Es un sitio lleno, de paz y tranquilidad donde relajarse, pasear...Es una casona antigua blasonada y solariega del siglo XVII y alrededor de ella hay un bosque que no deberías desaprovechar. Al levantarte y desayunar, pasear por alli os relajara.
Mirad los exteriores del hotel,
Cuenta con 16 habitaciones, y la nuestra al menos, muy bien decorada, muy amplia, os sorprenderá nada mas entrar, por su decoración, por lo gigante que es...Mirad os traemos las pruebas
El baño también es muy amplio, y dispone de bañera con hidromasaje
Nuestra habitación también disponía de terraza
Con una maravillosa panorámica
El restaurante os hará retroceder en el tiempo y os hará sentiros como si estuvieseis de verdad en el siglo XVII. El desayuno se sirve en el restaurante y aunque es continental, en realidad es a la carta. Hay una amplia variedad de productos regionales para elegir como queso, pasteles, sobaos, yogures, zumo de naranja natural y muchos otros. Todo riquisimo
A parte del bosque privado, de los jardines, tienen piscina exterior
Fuera del hotel incluso desde la terraza de tu propia habitación verás hermosos paisajes donde podreis ver vacas y caballos la mayor parte del día. Es un remanso de paz
Además es un sitio con muy buena ubicación estaréis cerca de Santoña, a 6 km, o Castro Urdiales, de camino a Bilbao, que está a menos de una hora. Santander y sus hermosas playas arenosas está a menos de media hora. Santillana del Mar, a 45 minutos o Comillas.
Tienen un pero, para nosotros, disponen de wifi gratuito, pero solo en recepción, y es una pena, que un hotel así no disponga de wifi en las habitaciones, o en los jardines, algo que hoy en día es necesario en un hotel de cuatro estrellas como este.
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