Llevaba meses pensando en haceros esta entrada, cada vez que veía un capítulo de la serie pensaba...les tengo que hablar de esta serie, pero la semana pasada, y después de un año con la familia Fisher entrando en casa, logre terminar la serie y no lo dude ni un momento. Si la serie ya me había parecido extraordinaria con ese final, tenía que hablaros de ella. Aún mis ojos se ponen vidriosos cuando recuerdo ese momento, y es que sus últimos cinco minutos, tardaras días en olvidarlos...
Fue creada, escrita y producida por Alan Ball, el guionista de "American Beauty", y transmitida desde 2001 hasta el 2005 por la cadena HBO. 63 episodios en 5 temporadas. En España se llego a retransmitir por la 2, pero a horas intempestivas, ya sabemos como funcionan las cosas en la televisión española. Si os ponéis a investigar sobre ella es reconocida por los críticos como una de las más grandes series de la historia de la televisión, de la misma forma que su final ha sido ampliamente considerado como una de las mejores conclusiones de un producto de cualquier índole de la década. Soy bastabte incrédula cuando se tratar de seguir las críticas, pero decidí hacer caso esta vez, y hace poco mas de un año, me puse a verla.
Y me encontré con la Familia Fisher, dueños de una empresa funeraria de Los Angeles. Cada capítulo empieza por la muerte de un personaje, durante cuyo funeral, en el domicilio de los protagonistas, (porque ellos viven en allí) se desarrolla la trama principal. Sueños y fantasías dan un toque surrealista a la historia, la cual combina comedia con escenas de drama puro. Es la mortalidad humana, y como son las personas que tienen que lidiar con ella diariamente. Te das cuenta como la muerte puede llegar en cualquier momento, y lo bonita que es la vida, como para estar desperdiciándola con cosas banales y absurdas. La vida es para vivirla y con mucha intensidad, cualquier momento puede ser el último.
Todo comienza el día de nochebuena, la familia por fin se reúne, el hijo mayor Nate, viene desde Seatle, pero todo se desencadena cuando Nathaniel Fisher, el padre de familia, muere en un accidente de coche. Nate ve como su vida da un giro ese mismo día, conoce a Brenda, tiene que enfrentarse a su controladora madre, Ruth; a su hermano pequeño David, un gay que todavía no ha salido del armario y que dirige el negocio familiar; y a su hermana Claire, una problemática adolescente. Con mucho humor negro, a lo largo de la serie, todos ellos van a buscar y encontrar su lugar en el mundo. Vas a ir viendo, capítulo tras capítulo y temporada tras temporada, como va evolucionando toda la familia.
Es sólo oir la canción final y todo regresa a la mente, los mejores momentos de una serie irrepetible, y los pelos se ponen de punta. Ni se os ocurra ver el final sin haber visto la serie, no tendrá ningún ¡sentido!
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