Conseguimos entrada por los pelos, porque la exposición de Hopper en el Museo Thyssen terminaba el 16 de septiembre y las entradas se agotaron rápidamente, pero no podíamos desaprovechar esta oportunidad de ver el trabajo de este artista americano.
La obra de Edward Hopper (1882-1967) no deja indiferente a nadie. En la exposición pudimos ver toda la evolución del pintor: desde los viajes que realizó por Europa hasta su regreso a Estados Unidos, desde sus cuadros al óleo, hasta sus grabados y sus acuarelas.
¿Su estilo? Su obra se caracteriza por un juego de luces y sombras, líneas sobrias, colores vivos, muestran imágenes de la vida cotidiana, especial predilección por reflejar edificios, figuras arquitectónicas y transmite mucha, mucha soledad, tranquilidad extrema e incluso frialdad de los protagonistas.
Pudimos ver sus cuadros más famosos:
Nuevos descubrimientos:
Echamos en falta:
Y vimos sus grabados y acuarelas que nos sorprendieron:
Lo que no nos gustó es que en la expoosción había cuadros de otros artistas y que estaba muy masificada. Imposible admirar los cuadros con tranquilidad.
Por último, participamos en el concurso que montaron a través de Twitter, donde teníamos que hacer una foto a una de las obras del autor y decir en qué pensaba la mujer con semblante triste.
En resumen, Hopper nos cautivó ¿A alguien más? ¡Esperamos vuestros comentarios!
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